Nació en Montecompatri (Estados Pontificios, actualmente Italia) el 18 de febrero de 1852.

Ingresó al noviciado de la Provincia Romana de los Carmelitas Descalzos en 1868 y fue ordenado sacerdote el 2 de mayo de 1875. Sus destacadas cualidades humanas y espirituales fueron inmediatamente advertidas por sus superiores quienes con el tiempo le encomendaron tareas delicadas dentro de la Orden.

También fue Consultor de la Congregación de Obispos y Visitador Apostólico de los Salvatorianos y las Salvatorianas. En 1907 llegó inesperadamente el nombramiento como obispo de Caltanissetta, que aceptó sólo en virtud de la obediencia al Papa Pío X. En la Sede de Caltanissetta, donde fue calurosamente acogido por el pueblo, trabajó para completar el Seminario Episcopal que fue inaugurado en 1912, se dedicó a la dirección espiritual de muchos laicos y figuras de gran talla espiritual como Antonietta Mazzone y Marianna Amico Roxas.

El 19 de marzo de 1919, con grandes sufrimientos, tuvo que dejar la diócesis para trasladarse a Monreale donde desde hacía algunos años ejercía el cargo de Administrador Apostólico, yendo y viniendo entre Caltanissetta y la sede de Monreale. Aquí vivió los últimos años de su vida y de su incansable ministerio episcopal marcado por grandes sufrimientos físicos y espirituales.

Murió en Monreale el 19 de septiembre de 1924.

El decreto sobre las virtudes heroicas fue promulgado el 22 de diciembre de 1991.