Nació el 13 de noviembre de 1897 en Apeldoorn, Países Bajos, hija de una familia católica llena de fe. Después de una estancia de 6 años en Ochtrup, Alemania, donde murió su padre, vivió con su familia en Enschede (Países Bajos) hasta que ingresó en el convento.
Teresa sufrió mucho durante su infancia y muy pronto en su vida empezó a amar su sufrimiento. De su piadosa madre aprendió a amar a la madre de Dios y al Sagrado Corazón de Jesús. Cuando mejoró su salud pidió entrar en el Carmelo del Divino Corazón de Jesús. Ingresó en el convento de Tilburg el 2 de octubre de 1917 y profesó sus votos el 2 de julio de 1919. Impulsada por un gran celo por las misiones, partió a América con otras siete hermanas en diciembre de 1919.
Poco después de su llegada al nuevo mundo, contrajo una enfermedad renal grave, descubierta demasiado tarde por los médicos. Padeció este sufrimiento adicional durante cinco años en el convento de St. Charles, Missouri, con una paciencia indescriptible y una sonrisa en su rostro. Quería servir a Dios en la Orden, trabajando en unión silenciosa con Él. Cuando el trabajo ya no fue posible, llevó su dolor en silencio, escondida del mundo.
Murió santamente el 10 de marzo de 1926 en el St. Mary's Hospital de St. Louis.
El 12 de noviembre de 2015 se concedió el decreto de validez al proceso sobre “vida, virtudes y fama de santidad”.






